La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), lepidóptero típico de la región mediterránea, es uno de los principales defoliadores de los pinos en el sur de Europa y norte de África. Sus larvas construyen los nidos de seda, los bolsones, en lo alto de las ramas de los pinos y se alimentan de las acículas de los árboles desde el otoño hasta la primavera.
Para combatir el daño que causa esta especie se puede hacer de diferentes formas, pero cuando la oruga ya ha defoliado gran parte del pinar y se encuentra en un estado de desarrollo avanzado se necesita un tratamiento.
La pulverización de los rodales se lleva a cabo cuando eclosionan los huevos y comienza el siguiente ciclo, ya que los tratamientos químicos y biológicos funcionan con mayor eficacia cuando la oruga se halla en sus primeras fases de desarrollo.
Esta plaga causa dos tipos de daños: pérdida de acículas y problemas a humanos. Estos son los efectos que casusa en la población de pinos y en nosotros.
La procesionaria del pino tiene su máxima peligrosidad en los meses de invierno, cuando se encuentra en la segunda fase de su ciclo biológico. Los huevos se depositan en las copas de los árboles por lo que una vez salen se alimentan de las acículas de los pinos. La defoliación es más significativa a finales de invierno y principios de primavera, periodo en el que las orugas son más grandes y voraces. Como consecuencia, el pino queda debilitado lo que facilita el ataque a otras plagas.
Los pelos que recubren las orugas son urticantes. En las intermediaciones de los pinos en los que se encuentran, los pelos quedan suspendidos en el aire, lo que puede ser un grave inconveniente para nuestra salud. Los principales síntomas que pueden causar estas orugas son los que afectan a la piel y a los ojos en mayor medida, aunque también puede afectar a los bronquios. En cuanto a las mascotas, si entran en contacto con la oruga, la lengua y otras partes del sistema digestivo podrían inflamarse y provocar asfixia.
En primavera aparecen casos de reacciones alérgicas importantes e intensas en forma de urticaria o erupción que produce mucho picor, que podrían ser efectos de la procesionaria si se ha entrado en contacto.
Puede afectar tanto a la conjuntiva ocular como al sistema respiratorio o la piel. Los efectos dependerán de la persona de si presenta alergias o la inmunidad alterada. En caso de contacto, lo más importante es lavarse para quitarse el alergógeno y acudir al centro de salud lo antes posible.
En Abubillas realizamos campañas preventivas para el control y tratamiento de la procesionaria del pino.
La plaga de la procesionaria puede producir importantes daños en los pinos, pero los más graves son las que producen larvas fuertemente alérgicas llegando a generar severos brotes en personas y animales.
El control y tratamiento que realizamos sobre la procesionaria del pino se basa en diferentes estrategias, medios y productos más vanguardistas disponibles en el mercado con el total respeto del entorno donde se encuentra la plaga.